Respeto a la ley y a los derechos de los demás.

La vida en sociedad solo es posible si contamos con una serie de acuerdos que nos permiten establecer limites, poner en armonía las intenciones y salvaguardar los intereses de cada uno.
Los grupos humanos de diferentes culturas establecen normas de convivencia que sirven para mantener la unidad del grupo, para preservar las costumbres y aveces tienen sentido solamente en el contexto en el que aparecen.
Conforme las comunidades crecen y se desarrollan, muchas de las normas de convivencia se convierten en leyes escritas y aparecen los códigos, los reglamentos, y las constituciones.
Cuando violamos alguna ley, lastimamos los derechos de otros y rompemos los acuerdos que posibilitan una convivencia armónica.
Puede haber leyes que no nos gusten por parecernos incomodas, incluso absurdas, pero es preciso analizarlas y, sobre todo, reconocer los derechos que estas protegen.

Fuente: libro "Formación cívica y ética 2", Ana Lilian Rodriguez e Ivonne Klein, ediciones SM S.A. de C.V., México D.F., 2007